lunes, 5 de septiembre de 2011

Científicos crean el motor eléctrico más pequeño del mundo a partir de una molécula






Varios investigadores de la Universidad de Tufts (Massachusetts) han desarrollado un hito con la creación del motor eléctrico más pequeño de la historia, todo ello a partir de una sola molécula. Para que nos hagamos una idea de su tamaño y el logro conseguido, los científicos atribuyen al motor una medida de tan solo un nanómetro de diámetro cuando el anterior récord lo marcaba un motor de 200 nanómetros.

 El hallazgo tiene una doble lectura positiva, ya que a parte de las aplicaciones de las que puede ser objeto en la nanotecnología, su uso se extenderá a la medicina con la posibilidad de poder realizar pequeñas cantidades de trabajo que puedan ser objeto de un uso eficiente. Charles Sykes, profesor y encargado de llevar a cabo el proyecto en Tufts lo explicaba:

“El hombre había encontrado anteriormente la posibilidad de que los motores fueran impulsados por la luz o incluso por reacciones químicas, pero la cuestión es que esta es la primera vez que se ha logrado el desarrollo de un motor molecular de propulsión eléctrica, hemos sido capaces de demostrar que es posible proporcionar electricidad a un sola molécula”

Para poder conseguir este hito los investigadores pudieron llevar el control de un motor molecular con electricidad utilizando un microscopio de efecto túnel a muy baja temperatura que utilizaba electrones en vez de luz para observar las moléculas. La punta de metal del microscopio era la encargada de darle la carga eléctrica a la molécula de sulfuro de metilo burilo que se encontraba en una superficie conductora de cobre.

La molécula era capaz de irradiar átomos de carbono e hidrógeno formando algo parecido a dos brazos que a su vez eran capaces de rotar aleatoriamente alrededor del azufre y cobre.

Finalmente se determinó que el control de la temperatura de la molécula determinaba la rotación y por tanto se podía controlar (los investigadores confirmaron que la temperatura ideal giraba en torno a los -268 grados Celsius).

Sykes y el resto de profesores ya han confirmado que el invento será presentado para registrarse en el libro Guiness de los Récords. Mientras, se espera que los próximos estudios en torno al motor lleguen a utilizarse como aplicación en ciertos sensores y dispositivos médicos o incluso para la creación de engranajes en miniatura para circuitos eléctricos en nanoescala como pueden ser en futuros móviles.

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