El mundo de la tecnología está conmocionado con la noticia de la
muerte de Steve Jobs. Si bien desde hace años sabíamos que estaba
enfermo, y desde hace meses aceptábamos la realidad de su grave
condición física, solemos reaccionar con pesar ante la muerte.
No soy una AppleFan ni mucho menos, pero reconozco el valor del
legado de Steve Jobs a nuestros tiempos. Y es que más allá de hablar de
sus creaciones tecnológicas, considero al padre de Apple un emprendedor
digno de ejemplo para las nuevas generaciones.
Es imposible, entonces, escribir en un blog de tecnología, ser
fanática perdida de quienes se atreven a dejar todo por ir tras un sueño
y arriesgar en un emprendimiento la seguridad que da un puesto fijo de
trabajo, por ejemplo, y no dedicarle unas líneas a Jobs.
Así que buscando en la red un tema para recordarlo, desde la
perspectiva inspiradora para los emprendedores, me topé con materiales
interesantes sobre el legado del fundador de Apple, y además releí el
discurso que ofreció en la ceremonia de graduación de la Universidad de
Stanford el 12 de junio de 2005, por lo que he resumido algunas de sus
ideas en lo que serían “Los diez mandamientos de Steve Jobs para los
emprendedores”, y que siento son de utilidad para inspirarnos en el duro
camino del atreverse a romper esquemas para materializar una idea.
1.- Hacer lo que nos apasiona
La vida es corta, eso lo escuchamos y lo repetimos constantemente,
pero es poco lo que en realidad lo aplicamos… ¿Cuántas veces nos hemos
sentido “atrapados” en trabajos que no nos aportan nada más que un
sueldo (a veces que no da ni para vivir)? Si tienes que pelear contigo
mismo cada mañana para levantarte de la cama e ir a la oficina, puede
que tengas un problema, y no de pereza precisamente.
“La única forma de hacer bien un trabajo es amando lo que
haces. Si todavía no lo has encontrado, sigue buscando. No desesperes.
Como en el amor, sabrás cuando lo has encontrado”, decía Jobs en el
discurso de Stanford.
Así que si te sorprendes varias veces al día mirando el reloj y
contando las horas de salir de la oficina… También estás en problemas.
Cuando las cosas nos motivan, cuando nos apasionamos con algo, el tiempo
se pasa volando, y trabajar da un gusto y satisfacción tan grandes que
son como una gasolina que nos renueva de energía hora tras hora y día
tras día.
Entonces, si la vida es tan corta como sabemos que es, ¿vas a
desperdiciarla trabajando en algo que no te llena? Todos tenemos que
comer y que pagar el lugar donde vivimos, pero mientras tienes que
trabajar en algo que no te llena, no dejes de soñar en lo que realmente
quieres hacer y cuando lo sepas, cuando tengas clara tu idea, déjalo
todo y dedícate a ella: Steve Jobs dejó la Universidad y se dedicó a lo
que quería. Mark Zuckerberg hizo lo propio y así un montón de casos.
Atención: No se trata de que los lectores de Fayerwayer dejen los
estudios, se trata de que estudien o trabajen en lo que realmente les
apasione. Cuando lo tengas claro, pon toda tu energía en alcanzarlo: Lo
peor que te puede pasar es que fracases, y tengas que buscar otro
trabajo malpagado para pagar las cuentas y las deudas mientras sigues
soñando y lo vuelves a intentar. La clave: No perder la ilusión.
2.- Seguir a tu intuición
En el discurso que dio Steve Jobs en la Universidad de Stanford, en
junio de 2005, recordó que al dejar la carrera, como ya no tenía que
asistir a las clases obligatorias, se decidió a tomar un curso de
caligrafía en Reed College, que según dijo ofrecía entonces “la mejor
instrucción en caligrafía del país”. Si bien no tenía una utilidad
práctica de momento, no le era útil para producir dinero, era algo que
le apasionaba… Lo hizo y lo disfrutó.
Diez años después, cuando estaba diseñando el primer ordenador
Macintosh, Jobs dijo que “todo tuvo sentido” para él: “Todo lo diseñamos
en el Mac. Fue el primer ordenador con una bella tipografía”. Seguir
sus instintos le dio un conocimiento que luego aplicó y se convirtió en
uno de sus valores diferenciales.
Una clave más para los emprendedores: Haz las cosas que te gustan,
aunque de momento no sepas porqué te atraen. No sabes si unas clases de
cocina que hoy ves como un hobby, en unos años te darán la clave de tu
emprendimiento. Además, en mi particular forma de verlo, las actividades
de corte artístico y que estimulen la creatividad siempre deben ser
bienvenidas, aunque lo tuyo sea psarte la vida echando códigos. No te
cortes las alas: Sigue tu intuición.
3.- Investigar, observar, investigar…
La investigación es fundamental para emprender: Debes aprender del
sector en el que te quieres mover, detectar a la competencia y
estudiarla, comprender al mercado para poder dirigirte a él de la mejor
manera. Si tienes una idea de emprendimiento en mente es fundamental que
detectes a la competencia, que la investigues, que veas como hace las
cosas, en qué acierta y en qué se equivoca.
Cuentan que a la hora de diseñar los folletos comerciales de Apple,
Jobs estudió en detalle el uso que Sony hacía de los tipos de letra, la
maquetación y el papel con un peso determinado. Además, cuando llegó el
momento de diseñar la caja de cartón para el primer Mac, estuvo paseando
por el aparcamiento de Apple fijándose con atención en las carrocerías
de los automóviles alemanes e italianos.
“Puedes preguntarle a los clientes qué es lo que quieren y
después intentar dárselo. Para cuando lo tengas construído, ellos
querrán algo nuevo”, decía Jobs.
La observación es fundamental para los emprendedores: Te da una
visión privilegiada del entorno que te permite detectar necesidades de
mercado que están adormecidas, que la gente ni siquiera sabe que tiene…
He ahí una de las enseñanzas de Jobs: ¿Cuántos necesitábamos iPad? Ahora
las tablets son parte fundamental de nuestro equipamiento tecnológico.
4.- Fichar a los mejores
Un tema importantísimo para los emprendedores: La selección de su
equipo de trabajo. Jobs siempre se preocupaba por reclutar a los
mejores: Contrató al arquitecto
Ieoh Ming Pei para que diseñara el logotipo de NeXT y reclutó a
Mickey Drexler,
de Gap, para que formara parte del consejo de administración de Apple
con vistas al lanzamiento de la cadena de tiendas de la compañía.
Este consejo es necesariamente útil cuando comenzamos un
emprendimiento, y esto lo digo por experiencia propia: Un emprendedor no
puede (ni tiene porqué) saber de todo. Si bien es necesario que
conozcamos el mundo en el que nos vamos a meter, sea éste el
tecnológico, el de la restauración, o el de los transportes, es
prácticamente imposible que dominemos todas las áreas.
He ahí la importancia de hacer asociaciones estratégicas, donde si tu
fuerte es la tecnología, busques a alguien que sepa de marketing y
ventas, y te ayude a posicionar tu producto o a “pescar” a los clientes,
por ejemplo.
5.-Mantener una plantilla reducida
En una oportunidad en la que hablaba de los comienzos de Macintosh,
Jobs recordó que la plantilla de empleados era de cien personas: Si
requería contratar a un trabajador, antes despedía a otro. ¿La razón?
Decía que solo podía acordarse de cien nombres, así que manejaba la
plantilla en ese número para tener una mejor relación con cada uno de
los trabajadores con que contaba.
Obviamente cuando la empresa despegó, el número de trabajadores
creció, pero mientras, es una buena idea la de mantener una plantilla
limitada: Sin duda da al empresario la posibilidad de tener una relación
más cercana con sus empleados, y por ende, hacerlos sentir parte del
proyecto, seducirlos con la idea que mueve el negocio, comprometerlos
con los resultados.
En el caso de los emprendedores esto es un error común: He conocido
casos de quienes se endeudan para contratar personal y crean de la nada
una plantilla (y una nómina que pagar) sin que el proyecto aún camine y
produzca beneficios para pagar esos costes…
En otros casos, al no tener el presupuesto para contratar, pues se
nos ocurre la “brillante idea” de ir por la vida reclutando a amigos y
familiares, que sentimos saben más que nosotros de determinadas
actividades, les contamos la idea, los entusiasmamos, los enamoramos y
los montamos en el barco. ¡Cuidado! Hay que saber apoyarse en quiénes
saben más que nosotros, pero en su justa medida: Estas asociaciones
pueden acabar con amistades y hacer pelear a las familias.
Considero que se debe formar un equipo mínimo capaz de sacar adelante
el proyecto, y ya a medida que veas como funciona, podrás incorporar a
los “profesionales de tus sueños”. Ni Google, ni Facebook, ni Twitter
nacieron perfectos: Sus diseños, por ejemplo, dejaban mucho que desear,
pero sobre la marcha, una vez que despegaron, se han hecho los ajustes
que los tienen como hoy los conocemos. Pienso que es cuestión de
paciencia y perseverancia. ¿No os parece?
6.- Seducir a tus trabajadores y socios
Al seguir hablando de equipos de trabajo esta parte me pareció muy
importante: La diferencia entre “seducir” y “amenazar” a tus compañeros
de emprendimiento, sean tus socios o tus empleados, y es que a estos
últimos, aunque les pagues por su trabajo, si no logras que se enamoren
de tu proyecto no obtendrás el 100% de su capacidad.
Cuentan que Jobs tenía un carisma personal que mantenía motivados a
los empleados: Su entusiasmo contagioso fue la razón por la que el
personal que diseñó el primer Mac se pasó tres años seguidos trabajando
90 horas a la semana. Cuando un empleado se entrega a un proyecto, el
mejor incentivo es verlo culminado con la mayor calidad porque se siente
parte de la empresa y por ende, de su éxito.
La verdad no tengo empleados propios, pero cuando he desempeñado
puestos de mando en empresas de otros, he vivido en carne propia aquello
de que es mejor usar “la zanahoria que el palo”: Siempre vale más
motivar que obligar. No entiendo porqué le cuesta tanto a los jefes
comprender esto… Espero que cuando tenga mis propios empleados lo
recuerde con claridad. Creo que la clave es, como en la vida misma,
ponerse siempre en la piel del otro. Así es más fácil tener una
perspectiva de las cosas que se piden y cómo se piden.
7.-La calidad como religión
Cuentan que en la víspera del lanzamiento del primer iPod, los empleados del
staff
se pasaron la noche entera sustituyendo las clavijas de los auriculares
porque Jobs consideraba que no hacían “click” de la forma precisa y
deseable. Mantener un criterio de calidad es fundamental para los
emprendedores: No debemos dejarnos llevar por lo fácil, por lo práctico,
o por “lo que vende”.
“Ten un criterio de calidad. Algunas personas no lo usan para crear el ambiente de excelencia que se espera”, decía Jobs.
Comprometerse con hacer un trabajo de calidad es fundamental para el
desarrollo de una idea: No puedes dejar las cosas a medias, conformarte
con “lo que hay”. Aspira a más, pero sin detenerte. No se trata de que
tengas que sacar un producto perfecto a la primera, se trata de saber
que todo es mejorable. Lograrlo es un punto diferencial sumamente
importante.
“La calidad es más importante que la cantidad. Un ‘home run’ es mucho mejor que dos dobles”.
Supongamos que te mueves, como yo en el mundo del marketing y la
comunicación: Si bien solemos ver que lo que vende es lo “amarillista” y
“sensacionalista”, no podemos conformarnos con darle a la gente más de
lo mismo. Hay que evolucionar hacia los mensajes y contenidos de
calidad, aunque te lleven más tiempo y esfuerzo, porque esos que a la
gente también le interesan. Calidad más allá que la cantidad y que la
inmediatez… Tener tiempo para detenerse a pensar es fundamental para
poder hacer cosas de calidad.
8.-Aprender del fracaso
Los emprendimientos son complicados y arriesgados: Nadie sabe a
ciencia cierta lo que va a pasar, y esa incertidumbre suele darnos
miedo. Al algunos incluso los paraliza. La posibilidad del fracaso está a
la vuelta de la esquina y sin duda, es una alta probabilidad de que
suceda, el secreto está en cómo lo aceptes: Una derrota o una lección.
“Soy la única persona que sabe perder un cuarto de millón de dólares en un año. Es muy constructivo”, decía Jobs.
En el discurso de Stanford, Jobs recordó cuando lo despidieron de
Apple, la propia empresa que había fundado. Si bien lo contó como
anécdota, destacando que “muchas veces la vida te golpea con un ladrillo
en la cabeza”, recuerda que gracias a que lo despidieron pudo conectar
con su parte más creativa de nuevo y entonces con la experiencia
acumulada en su trayectoria:
“La pesadez de tener éxito fue reemplazada por la
iluminación de ser un principiante otra vez. Me liberó y entré en una de
las etapas más creativas de mi vida. Durante los siguientes cinco años,
fundé una compañia llamada NeXT, otra empresa llamada Pixar, y me
enamoré de una asombrosa mujer que se convirtió en mi esposa”.
Jobs no se sentó en una esquina a quejarse de que lo habían
despedido. No se conformó con cobrar la ayuda por desempleo (si es que
existe en EEUU), ni se quedó pasmado echando curriculums a ver si
alguien lo llamaba para ofrecerle un puesto en que ganaría un sueldo
para vivir y poco más. Lo volvió a intentar. Buscó de nuevo conectar con
lo que le apasionaba y se atrevió a emprender de nuevo… Por algo dicen
que esto de emprender es adictivo.
“A veces cuando innovas, cometes errores. Es mejor
admitirlos rápidamente, y seguir adelante apostando por tus otras
innovaciones”, decía Jobs.
Lo importante: Aprender de los errores y comprender de una vez por
todas, que el fracaso es una de las mayores fuentes de aprendizaje.
9.- Arriesgar por la idea
Cuando estamos emprendiendo y le contamos a nuestros amigos o
familiares la idea que tenemos en mente, una de las cosas que suelen
preguntar es ¿cuál será el modelo de negocio? o lo que es lo mismo: De
dónde sacarás el dinero. Jobs, si bien tuvo éxito en sus proyectos,
reflexionaba:
“Ser el hombre más rico en el cementerio no me importa…
Ir a la cama por la noche diciendo que hemos hecho algo maravilloso… ESO
es lo que me importa”.
Hay negocios que nacen sin saber como se van a rentabilizar, por
ejemplo Twitter. Y eso no quiere decir que no sea un emprendimiento
exitoso. Si bien lo idea es partir con un modelo de negocio que te
permita los ingresos para cubrir los gastos y obtener ganancia, estoy
convencida de que si haces lo que realmente te gusta, encontrarás la
forma de rentabilizar tus esfuerzos y vivir haciendo lo que te gusta es
una ganancia en sí misma, ¿no?
10.-El momento es ahora
“No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”, dice un refrán
popular, muy sabio por cierto. Y es que si bien hablamos de que la vida
es corta ¿a qué vamos a esperar? Decía Jobs:
“¿Quieres perder el resto de tu vida vendiendo agua edulcorada o quieres una oportunidad para cambiar el mundo?”
Es importante comprender que las condiciones para emprender nunca
serán 100% favorables: El momento perfecto es ahora. Hay que arriesgar e
intentar. Después de todo, lo peor que te puede pasar es que debas
intentarlo de nuevo… ¿A qué esperas para emprender?